Un ejercicio de Design Thinking para profesionales del sector agroalimentario es un enfoque iterativo y centrado en el ser humano para resolver problemas e innovar, enfocándose en las necesidades del usuario, la generación de ideas, la creación de prototipos y las pruebas. Implica empatizar con las partes interesadas, como agricultores o consumidores, para comprender los puntos críticos (como el almacenamiento ineficiente de cultivos), definir el problema, generar ideas de soluciones (por ejemplo, sistemas de refrigeración accesibles), crear prototipos y probarlos en entornos reales del sector agroalimentario. Se utiliza para desarrollar innovaciones prácticas y centradas en el usuario que abordan desafíos en la producción, distribución o sostenibilidad. El beneficio clave es la creación de soluciones personalizadas e impactantes que mejoran la eficiencia, satisfacen las demandas del mercado y fomentan mejoras en el sistema agroalimentario.